La invención de Hugo, dirigida por Martin Scorsese, no sólo fue su primera película grabada en 3D y nominada a 11 Óscar. Este film supuso el renacimiento de la antigua estación de Montparnasse, París, que fue demolida en los años 60 para ser reemplazada por la actual.
Cuando Scorsese recuperó la vieja estación de Montparnasse
Ambientada en la década de los años 30 del siglo XX, en plena Europa de entreguerras, la película sigue la vida de Hugo, un niño huérfano que vive en la estación de tren de Montparnasse con su tío relojero. Su padre era también relojero, cinéfilo y conservador de un museo, donde murió en un incendio.
Hugo es un niño soñador y solitario que pasa los días paseando por la estación y robando piezas para reparar un autómata que su padre intentó rescatar del fatídico fuego. Uno de sus robos le lleva a conocer al malhumorado juguetero Papa George y a su ahijada Isabelle. Los niños repararán el autómata y acabarán descubriendo que el dueño de la tienda de juguetes tiene un pasado mucho más interesante de lo que pudiera parecer, estrechamente ligado al cine de principios de siglo.
La película mezcla efectivamente historia y escenas de cine clásico (como Viaje a la luna, de Georges Méliès) con una historia bastante sentimental pero no excesivamente edulcorada sobre la infancia y los sueños en el marco incomparable de la estación de Montparnasse.
El cásting reúne a actores consagrados como Ben Kingsley (Ghandi), Jude Law (Closer) o Christopher Lee (El Señor de los anillos) con dos jóvenes promesas como Asa Butterfield (El juego de Ender) y Chloe Möretz (Let me in), todos estupendos en sus papeles.
No es de extrañar que, siendo una película de uno de los directores más influyentes de la historia del cine (ganador de un Óscar por Los infiltrados y responsable también de Malas calles, Toro salvaje, Gangs of New York y otro puñado de obras maestras), La invención de Hugo no pueda ser menos que una buena película.
Si bien es mucho más blanda que su tono habitual, casi una fábula infantil, La invención de Hugo tiene una historia que interesa y juega con diversos elementos y niveles, un aspecto visual impecable. Tan sólo la escena inicial de todo París como si fuera un reloj cuyo centro es la estación requirió meses de trabajo y más de 1000 ordenadores.
Montparnasse, donde un tren perdió los frenos
La estación de Montparnasse se edificó en 1840 con el nombre, mucho menos icónico de Estación del Oeste-Ribera izquierda y fue ampliada en 1860 por haber sobrepasado su capacidad.
Del diseño original sólo nos quedan obras de arte y fotografías, y parece que, como puede verse en La invención de Hugo, era una estación sencillamente espectacular. Desgraciadamente su aspecto actual, si bien impresionante por el tamaño y la modernidad, no tiene nada que ver puesto que la antigua estación fue demolida y sustituida por el segundo edificio más alto de París, la Torre Montparnasse. El edificio moderno se encuentra situada cerca de su emplazamiento original.
En cualquier caso la antigua estación vivió dos de los momentos más icónicos acaecidos en una estación de tren. Por una parte, la rendición del general nazi General Von Choltitz, inicio de la Liberación de París, y por otro el accidente de tren de Montparnasse, una de las fotografías más llamativas jamás hechas en una estación ferroviaria.
El accidente ferroviario más conocido del mundo, en La invención de Hugo
Era el año 1895 cuando el tren 56 procedente de Grandville llegaba con retraso a la estación. Para evitar enfados, los responsables del tren decidieron aumentar la velocidad, entrando en la estación en torno a unos (muy elevados para la época) 50 kilómetros por hora. A esa velocidad los frenos no funcionaron correctamente, el tren sobrepasó las toperas y el tren salió despedido, atravesando su locomotora la fachada de la estación de Montparnasse. Sólo hubo, por suerte, una víctima fatal que falleció a causa de la caída de cascotes. El maquinista acabó en la cárcel y, junto a los responsables del tren, tuvo que pagar multas exorbitadas para la época. Por supuesto, la fachada necesitó meses de reparaciones.
En La invención de Hugo podemos ver este accidente como un sueño onírico y aparentemente premonitorio de Hugo, puesto que sucedió 60 años después de los hechos del film, en una de las escenas que si bien es espectacular nos recuerda que a veces la realidad supera a la ficción.
Fuentes: IMDB, Retales de Historia Blogspot, Opticstalk.