Este soneto, que alterna versos alejandrinos y hexasílabos, trata el tema de la pasión adolescente. En él podemos intuir la curiosidad y el incipiente deseo hacia las mujeres, con un claro halo erótico. Además, la escena transcurre en un vagón de tren, lo que permite imaginarnos un íntimo compartimento dentro de un tren de vapor que transcurre por un paisaje invernal.
En Soñando con vistas el invierno podemos ver cómo el ferrocarril forma parte del contexto cotidiano de las representaciones artísticas, siendo en este caso el escenario de la acción.
Aquí tienes su traducción al español:
“Cuando llegue el invierno nos iremos los dos
en un vagón color de rosa
con cojines azules. ¡Ya verás
qué bien! Reposa un nido
que besos locos en cada rincón blando.
Tú cerrarás los ojos para no ver las muecas,
a través del cristal, de las sombras nocturnas,
esas monstruosidades horribles, populacho
de lobos negros y demonios negros.
Luego tú sentirás tu mejilla arañada…
Un beso diminuto correrá por tu cuello
como una araña loca…
Y me dirás bajando la mirada: “¡Búscala!”.
Y nos llevará tiempo encontrar ese bicho
que viaja tantísimo…”
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