Esta semana en ¡Cinéfilos al tren! te traemos una de las pocas comedias ferroviarias de la historia del cine. Aunque llamarla comedia no es hacerle justicia. El Expreso de Chicago es una buena película que contiene las dosis justas de acción, comedia, crimen y romance. Estrenada en 1976, tiene una duración de 113′, así que ni siquiera se te podrá hacer pesada. Sigue leyendo, que te contamos más.
Un viaje lleno de misterio…y comedia
El Expreso de Chicago cuenta la historia de George Cladwell (Gene Wilder, El jovencito Frankestein), un editor que viaja en un tren de lujo para asistir a la boda de su hermana en Chicago. Durante el viaje conoce a Hilly Burns (Jill Clayburgh, La boda de mi mejor amiga), la secretaria del historiador Schreiner. En una misma noche comienza una historia amorosa con la secretaria y es testigo de la muerte del profesor, lo que le acarreará problemas.
Siendo el único testigo del asesinato y en su afán de descubrir a los responsables, George tendrá que aliarse con un delincuente de poca monta (Richard Prior, No me chilles que no te veo) para enfrentarse al aparente cerebro criminal (Patrick McGoohan, Braveheart) y los agentes del FBI.
Curiosidades de El Expreso de Chicago
La película El Expreso de Chicago tiene bastantes datos curiosos, unos conocidos por todos y otros no tantos.
Para empezar, fue la primera de muchas colaboraciones entre Gene Wilder y Richard Pryor, que después rodarían películas como No me Chilles que no te veo.
En el plano ferroviario, decir que la compañía ferroviaria americana AMTRAK decidió no colaborar en la película, pensando que un descarrilamiento podría perjudicar a su imagen. La productora tuvo que recurrir entonces a Canadian Pacific y también a Union Pacific y Chicago and Northwestern para una escena en la estación de Chicago.
Por otra parte, la locomotora 4070 sufrió daños durante la filmación, y la productora tuvo que pagar su reparación.