Hay películas que han marcado una época y que debido a su calidad se han vuelto atemporales. Es el caso de Solo ante el peligro, un western cargado de puro suspense en el que todos esperan la llegada del tren.
Si ya has visto la película, seguro que te apetece recordarla. Si, por el contrario, no has tenido la oportunidad, seguro que después de leer este artículo le haces un hueco. Pero en cualquier caso, no te pierdas nuestro repaso a una de las obras maestras del cine.
Will Kane, un sheriff solo ante el peligro
Solo ante el peligro cuenta la historia de Will Kane (Gary Cooper, Juan Nadie), el noble sheriff de Hadleyville, que renuncia a su trabajo tras casarse con la joven Amy (Grace Kelly, La ventana indiscreta). A pesar de que sus planes incluyen la apertura de un negocio y la perspectiva de una vida tranquila, todo cambia cuando la gente del pueblo empieza a murmurar que el criminal Frank Miller (Ian McDonald, Apache), con cuentas pendientes con el sheriff, llegará en el tren del mediodía para vengarse. Y la gente, presa del pánico, evita ayudar a Will Kane, que se queda solo ante el peligro.
La única dispuesta a apoyar al sheriff es su antigua amante, Helen Ramírez (Katy Jurado, Barrabás), pero él rechaza su ayuda. Y en estas condiciones se prepara para la llegada del tren del mediodía y el enfrentamiento con su enemigo.
Una película marcada en la historia del cine
Solo ante el peligro es una obra maestra del cine, con maravillosas interpretaciones y un uso excelente de la banda sonora. No en vano, fue una película muy premiada, con 4 Globos de oro y 4 Oscar.
Además, no es un western al uso. Aquí los indios y los tiroteos no son necesarios para crear la trama. De hecho, Solo ante el peligro es uno de los máximos exponentes del western psicológico, un género que comenzó años antes con La diligencia.
Por último, añadir que la película está narrada en tiempo real, es decir, que los 88 minutos de cinta se corresponden con el tiempo de narración. El director nos lo muestra durante toda la cinta con algunos planos de relojes. Teniendo en cuenta el argumento de Solo ante el peligro, el uso de la narración en tiempo real no hace sino involucrar al espectador, que se impacienta y tensa como si fuese un personaje más.
Y hasta aquí nuestro repaso a este clásico. ¿Quién no se queda con ganas de verla (de nuevo)?