Polar Express, película de animación realizada por un equipo de estrellas de Hollywood, sigue el viaje en tren de un niño que está dejando atrás la inocencia y deja de creer en Papá Noel.
Una locomotora para salvar las navidades
La película nos cuenta la historia de un niño, al que se referirán como Niño Héroe, que en la noche del 24 de diciembre tiene la oportunidad de montar en el tren mágico Polar Express, que lleva al Polo Norte.
En su viaje conocerá a varios niños que, como él, empiezan a dejar atrás la infancia quizá demasiado rápido: Sabihondo, un niño demasiado interesado en saber las respuestas a todo; Billy, un niño de la parte más pobre de la ciudad que se encuentra bastante desesperanzado y la Niña, una cría encantadora pero a la que nadie parece hacer mucho caso.
Juntos acabarán por llegar al Polo, donde conocen a Papá Noel y aprenderán que es bueno crecer, pero también conservar algunas partes de la infancia. Nuestro Niño Héroe aprenderá a creer en lo imposible, incluso años después de su noche en el Polar Exprés.
La película es ideal para ver en familia, está magníficamente hecha y cuenta con algunos famosísimos nombres en sus créditos. El director es Robert Zemeckis, que os sonará (o debería) de la trilogía ‘Regreso al Futuro’ y Tom Hanks ejerce de productor y pone la voz hasta a cinco personajes (Papa Noel, el revisor, Scrooge, el padre y el propio Niño).
El film, estrenado en 2004, trata temas bastante serios, como la religión, la pérdida de la ilusión o el crecimiento cada vez más prematuro de los niños, pero lo hace con una historia fantásticamente contada y estupendamente rodada que hace que pueda ser disfrutada por personas de cualquier edad.
Polar Express, un homenaje a los trenes y la magia
Al igual que ocurre en muchas otras películas (como la archiconocida saga de Harry Potter), el tren es en la película el medio ideal para llegar a un mundo nuevo y fascinante. El tren en el que se basa el Polar Exprés es un Pere Marquette 1225, una preciosa locomotora tipo 2-4-8 fabricada en Ohio en la década de los 40.
Nuestro protagonista se muestra reacio a abandonar su casa y a creer en cosas poco racionales, pero no puede resistirse ante el espectacular tren que se detiene en su jardín cubierto de nieve.
Y es que el cine siempre ha representado los trenes como un escenario donde casi todo puede pasar, un medio de transporte romántico, un medio casi mágico de llegar a nuevos lugares además de una forma divertida y bonita de viajar. Como el propio revisor dice en la película “Los trenes son maravillosos. Es importante saber a dónde van, pero los más importante es decidirse a subir a ellos”
Fuentes: IMDB