Posiblemente la película brasileña más alabada de las últimas décadas, Estación dentral de Brasil mezcla una dura realidad social con una conmovedora historia ambientada en la estación de tren.
Una estación, cientos de historias tristes
La película nos presenta a Dora, una profesora retirada de mediana edad que malvive escribiendo cartas para personas analfabetas, en su mayoría inmigrantes del interior del país, en la estación central de Río de Janeiro. Dora es antipática y fría, una cínica a la que las tristes historias que ve día a día han dejado de importarle.
Un día llega una mujer con su hijo para escribir una carta al padre de la criatura, que vive en una región perdida en el norte. La mujer muere atropellada ese día, y Dora se ve obligada a cuidar de Josué, el chico. Se apiada de él y decide acompañarle a entregar la carta en persona a su padre, con la esperanza de que se pueda hacer cargo del niño. Juntos realizarán un viaje que les llevará a recorrer cientos de kilómetros y les permitirá crecer juntos como seres humanos.
La película es obra de Walter Miralles, director brasileño responsable de Diairios de una motocicleta o la reciente On the road, que adapta las peripecias de Jack Kerouac. En esta película mezcla un estilo inicial casi documental con una historia emocionante e intimista hacia el final, que nos muestra la belleza y crudeza del país sudamericano de forma espectacular.
El papel del joven Josué recae en Vinicius de Oliveira, un limpiabotas callejero elegido entre más de 1.500 niños y que hace un papel magnífico. Sin embargo, la protagonista absoluta de la cinta es Fernanda Montenegro, que realiza una actuación sencillamente estelar interpretando a Isadora. La actriz, que recibió una nominación al Oscar por el film, no ha hecho cine fuera de Brasil y realiza todo un tour de forcé dotando a la protagonista de una variedad de matices impresionantes.
La Estación Central, el corazón de Río
La Estación Central, también llamada Estación Don Pedro II, es uno de los enlaces neurálgicos de Río de Janeiro. Fue uno de los primeros edificios de estilo modernista en construirse en la ciudad y fue concebida para servir de enlace ferroviario entre Rio y gran parte del país carioca, además de acoger trenes de transporte local.
El edificio data de 1858, cuando se construyó bajo el nombre de Estación Dom Pedro para acoger la línea de ferrotren Estrada de Ferro Central do Brasil, uniendo Río con varias zonas rurales de Brasil. Fue renovada en 1936 con el nombre de Estación de Dom Pedro II, y vuelta a ampliar en 1943 para añadir su reconocible torre de reloj de cuatro caras inspirada en las tendencias de Art-Decó de la época.
En sus inicios se diseñó para acoger hasta a 20.000 personas en hora punta, pero en la actualidad acoge 5 líneas de tren urbano y es conocida por su altísima ocupación. En la película pueden apreciarse escenas de gente entrando en los trenes por las ventanas para evitar las congestionadas puertas y encontrar sitio. Esas escenas fueron rodadas en la estación sin premeditación, siendo escenas reales de la vida en la Estación Central de Brasil. Del mismo modo, la mayoría de las escenas en las que los viajeros se detienen a pedirle a Dora que les escriba cartas son reales, con brasileños iletrados que se acercaron a la actriz para que les escribiera las cartas.