París, la ciudad del amor. ¿Cuántas veces hemos podido escuchar esa frase? Es una afirmación que casi sale sola, da igual que te hayas enamorado en la capital francesa o no, o que ni siquiera la hayas pisado. Es un tópico, lo que podría considerarse un insight para un publicitario. Una suerte de verdad colectiva clavada en todas nuestras mentes que no precisa una base real. Pero, ¿cómo es París?, ¿qué debemos esperar de esta famosísima ciudad?
Puede que la capital francesa sea una de las ciudades asociada a más tópicos positivos: la ciudad de las luces, de la cultura, del glamour y la alta costura. Todos ellos son aspectos buenos, casi aspiracionales, que hacen a cualquiera desear vivir allí. Pero la paradoja está en que los parisinos, por el contrario, tienen mala fama internacional y deben cargar con los tópicos de ser chovinistas, bordes e incluso poco aseados.
Como española cansada de que todo extranjero pregunte por las sevillanas y el toro y de que me cataloguen de vaga (incluso antes de descubrir que lo soy), he de reconocer que ser parisino me resultaría muy duro.
Por si esta contradicción entre París y sus habitantes fuese poco, para alguien deseando conocer la capital francesa la historia se complica cuando inevitablemente alguno de sus amigos/conocidos se va de erasmus o a trabajar allí un tiempo. Es entonces cuando empieza a oír hablar de lo maravillosa que es la ciudad, la comida, la Torre Eiffel…pero también de lo peligrosas que son algunas zonas, de las ratas del tamaño de perros y de la suciedad en el metro de París.
En Ferro Cultura te enseñamos París tal y como es
¿Entonces qué nos queda? Pues tirando de frase manida, no prejuzgar.
En ocasiones me he encontrado con gente que se niega a ir a París por una cuestión de prejuicios y es algo que no logro entender. Hay que viajar, conocer nuevos lugares y a sus habitantes antes de decidir si un sitio nos gusta o no.
En Ferro Cultura este mes de julio se lo dedicamos a la gran ciudad de París, a sus lugares con encanto y a sus aspectos positivos, que son muchos. Con suerte conseguiremos que cojas un vuelo barato y te plantes allí a disfrutar de la experiencia propia, a explorar la ciudad y formarte una opinión. Quizá el viaje sea un fracaso y no te guste, pero lo más seguro es que que te enamores de la capital francesa y descubras que París sí es la ciudad del amor.