Llegamos a la ciudad de Río de Janeiro con muchas ganas y algo de incertidumbre. Para alguien que no ha visitado nunca esta ciudad, lo primero en lo que piensa son los tópicos brasileños. Si España es flamenco y jamón, Brasil es carnaval y fútbol. De este último tópico va a ser difícil escapar, ya que desde el día 12 el país acoge la copa del mundo y Río de Janeiro es la sede de la final.
Sobre Río de Janeiro
La llamada en origen São Sebastião do Rio de Janeiro debe su nombre a que la Bahía de Guanabara, donde está emplazada la ciudad, fue descubierta en un mes de enero (Janeiro en portugués, la lengua madre del descubridor Gaspar de Lemos).
El emplazamiento de esta ciudad, que fue capital de Brasil hasta 1960, es un punto a favor inicial para Río de Janeiro: situada en llano en una bahía salpicada de pequeñas islas y rodeada de cerros, la vista de esta ciudad es difícil de superar en belleza.
Con una población de 6,32 millones de habitantes en 2010, su densidad de población es similar a la de Madrid (sobre los 5.200 habitantes/km2).
Es una ciudad que, como el país, en los europeos despierta sensaciones diversas, ya que se ha de adaptar la imagen tópica a la situación real de los brasileños y cariocas. Brasil parece ser un país de contradicciones, que llama la atención del mundo por su crecimiento pero también por su desequilibrio social. Sin ir más lejos, la organización de la Copa Confederaciones, el mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos de 2016 ha desencadenado una serie de protestas sociales que piden a la Administración ocuparse de las necesidades fundamentales de sus ciudadanos antes que de este tipo de eventos, que requieren grandes desembolsos.
Y con esta situación llegamos nosotros a Río de Janeiro, como espectadores de todo este proceso que no frena en ningún caso la afluencia de turistas a la ciudad (el principal motor de su economía).
Así pues, nos adentramos en la Cuidad Maravillosa buscando historia, lugares con encanto y sobre todo ferrocarriles. Para ello, nos hemos marcado un top 10 con las visitas indispensables de Río de Janeiro:
Pan de Azúcar
Junto con la de Corcovado, la subida a la Montaña pan de Azúcar es una de las actividades más características de la ciudad, por ofrecer unas increíbles vistas. No es apto para quien tenga miedo a las alturas, ya que para llegar a la cima hacen falta dos teleféricos, pero sin duda la panorámica que ofrece de Río de Janeiro, el Atlántico y la Bahía completan la experiencia.
Museo Arte contemporáneo de Niterói
Para realizar esta visita tendrás que atravesar la Bahía de Guanabara hasta llegar a la cercana ciudad de Niterói, pero es un viaje que merece la pena: este edificio con forma de ovni fue diseñado por el prestigioso arquitecto Óscar Niemeyer (responsable de la Catedral de Brasilia o el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer de Oviedo, única obra en España). Además de por su diseño y sus exposiciones, merece la pena por la vista que ofrece de la Bahía, Río de Janeiro y la Mantaña Pan de Azúcar.
Las playas de Río
Copacabana, Ipanema, Leblon, Prainha, Grumari o cualquier otra. Elije la que más te guste, pero ve a la playa. Disfruta de un día de relax en la paradisiaca arena carioca mientras disfrutas de una caipirinha tras haber comido arroz, churrasco y judías. Sí, permítete un día viviendo el tópico.
Pastelería Colombo
Una ciudad no es nada sin su gastronomía, y no podíamos realizar una visita a Río de Janeiro sin parar a reponer fuerzas con un tentempié. Nosotros optamos por lo dulce, y para ello recomendamos la Confitería Colombo, un establecimiento que es un monumento en sí mismo con toda la decoración Art Nouveau y la historia que posee. Desde que se fundó en 1894 por unos inmigrantes portugueses, ha sido frecuentada por millones de personas, siendo lugar de encuentro de los intelectuales brasileños.
Teatro Municipal
De vuelta a la ruta turística, te recomendamos la visita a este edificio, construido en la primera década del SXX e insipirada en la Ópera de París. La fachada es preciosa, pero el interior es aún más bonito así que acércate y disfruta de este pedacito de historia.
Jardín Botánico de Río de Janeiro
Abierto al público en el año 1822, estas 147 hectáreas declaradas reserva de la biosfera albergan más de 6.700 especies de plantas además de una completa colección bibliográfica sobre botánica, un herbario, una capoteca y una xiloteca.
Parque Nacional de la Tijuca
Estas 3.300 hectáreas de vegetación ofrecen numerosas instalaciones e infraestructuras para la visita y el ocio ecológico. Tiene una vegetación sensiblemente distinta que la mata atlántica original, pues existen también especies introducidas por el hombre que no existían originalmente. Además, es la mayor selva urbana del mundo.
Favela Vidigal
Esta recomendación puede resultar controvertida, es cierto, pero en cierto modo puede ser una visita muy interesante. Desde que en 2008 se comenzaran a pacificar las favelas, se han convertido en un reclamo turístico más. La de Vidigal es una de las dos favelas de Río que garantiza la seguridad del visitante al 100%. Te recomendamos ésta en particular porque se ha convertido en el barrio más alternativo de Río de Janeiro, con su amplia oferta gastronómica y ambiente nocturno.
Cristo Redentor
Evidentemente no, no puedes irte de Río de Janeiro sin visitar esta Nueva Maravilla del Mundo Moderno. Situado sobre el Monte Corcovado, a 710 metros de altura, esta estatua corona la ciudad y es sin duda su principal icono turístico.
Estadio Maracaná
En un mes tan señalado como éste, con el Mundial de Fútbol a la vuelta de la esquina, no podíamos dejar de recomendarte la visita al estadio de Maracaná.
Este campo de fútbol, construido en los 50 y que en su día albergó a casi 200.000 espectadores, ha sido remodelado para la celebración del mundial de este año, reduciendo sus asientos hasta los 74.000. aún así, sigue siendo impresionante.
Fuentes: Wikipedia, Citypopulation, Traveler y Guiarte.