Ya sabéis que en Trainvelling nos gusta descubrir las anécdotas ferroviarias más curiosas, y la verdad es que la que te traemos esta semana lo es. Porque no, no nos hemos equivocado al escribir el titular: hoy vamos a hablarte de la importancia comunicativa que adquirieron las patatas en el mítico Orient Express.
¡Juramos no estar locos! Sigue leyendo y descubrirás el misterio patatil.
El problema comunicativo del Orient Express con el exterior
Desde que el Orient Express se inaugurase en el año 1833, el personal de a bordo tuvo que enfrentarse a una serie de problemas prácticos inevitables. Uno de ellos, quizá el más importante, era la cuestión de la comunicación con el exterior, ya que aún quedaban años para la invención del teléfono y, el orgulloso Orient Express no podía permitirse parar cada dos por tres cada vez que alguien necesitaba algo del exterior.
Así que la pregunta era: ¿Cómo comunicarse con el exterior sin tener que realizar más paradas de las programadas?
Patatas mensajeras, la idea más creativa
Indiscutiblemente, los empleados del Orient Express resultaron estar llenos de recursos, porque a alguien se le ocurrió la ingeniosa idea de usar patatas.
¿Que cómo funcionaba el sistema de comunicación por tubérculo? Pues en realidad era de lo más simple: si se necesitaban a bordo, pongamos, más botellas de champán, un empleado escribía el pedido en un papel que después debía envolver una patata. Así, cuando el Orient Express pasaba por la siguiente estación sin parar, se tiraba el tubérculo al andén para que el personal de dicha estación mandase el mensaje a los trabajadores de la siguiente parada del tren. Y mientras tanto en el interior sólo podían esperar que el pedido estuviera preparado a tiempo.
Se desconoce si este rudimentario sistema de comunicación hirió alguna vez a alguno de los que estaban en el andén, aunque lo más probable es que lo hiciese. Sin embargo, lo que sí parece es que las patatas mensajeras se utilizaban también para transmitir información importante.
Eso sí, cuando alguno de los clientes más importantes del Orient Express se mostraba caprichoso, lo mejor era parar el tren para cumplir sus deseos.
Fuente: Orient Express.