Desde hace un tiempo se está hablando en los medios de la liberalización del ferrocarril. Y más aún desde que el 10 de mayo entrara en servicio el primer tren de alta velocidad low cost de España, el de Ouigo. En Viajar en Tren sabemos que esto puede resultar un poco confuso así que te vamos a contar qué es eso de la liberalización. Y, lo más importante, cómo te beneficia.
El punto de partida
En España, desde 1941 la mayor parte de los ferrocarriles españoles han estado en manos de Renfe. Creada como la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, aglutinó a casi todas todas las empresas privadas ferroviarias, incluyendo sus vías y trenes. Algunas excepciones fueron los trenes de vía estrecha, que en su mayoría pasaron a formar parte de FEVE.
La cuestión es que para viajar en tren, salvo en tramos con otros ferrocarriles autonómicos o de FEVE, sólo era posible ir en un tren de «La RENFE». Y las mercancías sólo podían circular con Renfe.
Una situación que no era exclusiva de España. En Francia en lugar de Renfe estaba solo la SNCF, en Alemania solo la DB, en Portugal solo la CP, en Italia solo la FS, etc.
Como parte de las políticas neoliberales de la Unión Europea entró la liberalización del ferrocarril. Primero de mercancías (llevada a cabo el 1 de enero de 2004) y luego la de viajeros (oficialmente en vigor desde el 14 de diciembre de 2020).
El objetivo es que haya competencia en el ferrocarril. Que no haya un monopolio de una empresa que puede hacer lo que quiera.
El escenario es muy parecido al vivido con las aerolíneas o la telefonía. ¿Te acuerdas de cuando Telefónica era la única empresa a través de la que se podía tener una línea de teléfono fijo o móvil? ¡Cobraban lo que querían! Y el servicio no era el mejor.
Más oferta y mejores tarifas
Como en todo proceso liberalizador, lo que busca la Unión Europea con esta política es que bajen los precios del ferrocarril y que más gente lo pueda usar. Algo parecido como el fallido caso de las empresas de energía o el exitoso ejemplo de la telefonía.
En 2004, con la entrada en vigor de la liberalización del transporte de mercancías, se creó una nueva Renfe que era solo una operadora de trenes. Las vías, estaciones y el control de tráfico se quedaron en una empresa llamada Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).
Desde entonces, Renfe le paga unos cánones para usar sus infraestructuras y servicios. Un peaje al estilo ferroviario. Al igual que hacen las operadoras privadas de mercancías y ahora las de viajeros.
Por el momento la estrategia está funcionando bien. La competencia está permitiendo que aparezcan por toda Europa, salvo en los países más reacios a facilitar la competencia, alternativas más económicas que hacen que las operadoras clásicas tengan que reinventarse para bajar los precios.
En el caso de Renfe se está creando el Avlo, un tren low cost que ha surgido ante la amenaza ya cumplida de que la SNCF llegara a España con su exitoso tren Ouigo.
¿Qué pasará en el futuro con la liberalización del ferrocarril?
Si los planes salen bien, la competencia permitirá que aumente la oferta de trenes en las vías europeas. Con servicios que se adapten a las necesidades de todos los tipos de viajeros y que permitirán que el ferrocarril tenga el protagonismo que se le quiere dar como medio menos contaminante y más sostenible que es.
De momento en España tenemos a Ouigo entre Madrid y Barcelona. En octubre llegarán a Valencia y Alicante y en 2022 a Sevilla y Málaga. En ese mismo año ILSA, otra competidora, comenzará a operar en los mismos 3 corredores y seguramente alguna otra empresa comience a competir.
Como dice Renfe, que empiece el juego de trenes.