Esta semana te traemos una película genial: Vías cruzadas, una comedia dramática que trata de la soledad y la búsqueda de vínculos humanos en un contexto ferroviario. ¡Recomendable al 100!
Si todo va mal, ¡a vivir del tren!
Vías cruzadas cuenta la historia de Finbar McBride (Peter Dinklage, Juego de tronos), un hombre que, padeciendo enanismo, ha sido siempre el centro de atención, algo que odia. Cuando su único amigo muere, Finbar decide alejarse del mundo que conoce para aislarse y disfrutar de su gran pasión: los trenes. Es por eso que decide instalarse en una estación abandonada de Nueva Jersey.
Sin embargo, allí tampoco conseguirá estar del todo solo. Cerca de su oasis ferroviario encontrará a Olivia Harris (Patricia Clarkson, Shutter Island), una artista que busca dejar el pasado atrás, y Joe Oramas (Bobby Cannavale, El coleccionista de huesos), encargado del puesto de perritos calientes, apasionado de la cocina y siempre dispuesto a hablar. De esta forma, y casi sin querer, Finbar se encuentra estableciendo lazos de afecto y reconociendo que incluso la soledad es mejor cuando se comparte.
Por qué Vías cruzadas merece la pena
Vías cruzadas es una película muy buena, capaz de las mejores combinaciones. Así, comedia y drama, ligereza y profundidad se mezclan en 88 minutos de cintas para contar una historia que deja muy buen sabor de boca.
La película es el debut en la dirección de Thomas McCarthy, y la crítica la acogió con brazos abiertos (30 premios y 26 nominaciones). y es que Vías cruzadas consiguió triunfar en los BAFTA, los Independence Spirit Awards y en los festivales de Sundance y San Sebastián.
Por último, una curiosidad: Casualmente, o quizá no tanto, el personaje principal de la película le debe su nombre a San Finbar, un ermitaño irlandés que, a pesar de escoger un remoto lugar para fundar un monasterio, consiguió atraer a muchos feligreses. Tanto, que al final ese lugar creció y se convirtió en la ciudad de Cork. Muchas similitudes, ¿no?